Música católica y música protestante. La escuela nortealemana.

Música católica y música protestante. La escuela nortealemana.
Como es natural, la diferencia entre la música católica y la protestante se observa sobre todo en el campo de la música sacra. Lutero reemplazó la liturgia latina por una en lengua vernácula, e inauguró una nueva forma poético-musical que llegaría a ser característica del Norte de Europa: el coral. La idea del coral era que lo cantara toda la congregación, no sólo un grupo selecto de monjes, canónigos o coristas; por ello, su melodía es simple, fuertemente apegada al ritmo del verso.
La cantata sacra y el oratorio se cultivaron a ambos lados de la frontera religiosa, en latín entre los católicos y en alemán entre los protestantes.
La música de iglesia incluye también la de órgano --- la cual, no por ser puramente instrumental, deja de ser religiosa---. Por razones poco claras, la música de órgano se desarrolló mejor en el Norte que en el Sur de Europa, siendo Francia---como siempre--- un término intermedio. En el Norte el género favorito de los organistas y compositores fue el coral, con y sin variaciones. También la fuga (sola, o precedida de una tocata o de un preludio) , género iniciado en Italia, alcanzó su madurez en Alemania . Principales maestros de la escuela organística nortealemana fueron: Mathias Weckmann (1616-74), Heinrich Scheidemann (c.1595-1663), Nikolaus Bruhns (1665-97), Johann Adam Reinken (1623- 1722), Vincent Lübeck (c. 1654- 1740), Franz Tunder (1614- 67) y, muy especialmente, Dietrich Buxtehude, quien ya anuncia a J.S. Bach en el órgano y en la composición de cantatas.
Música dramática y música “pura”.
Como hemos dicho, el barroco se caracteriza por su tendencia a lo dramático ---no a lo “melodramático”, en el mal sentido, sino a mostrar el contraste entre dos o más “personajes” (sean éstos voces solistas, instrumentos solistas o un instrumento y una orquesta)---. Vemos que el carácter dramático puede coexistir con la música puramente instrumental, al igual que la tendencia, más antigua, a reproducir en los instrumentos sucesos de la naturaleza: la llamada música “descriptiva” o “programática”. (Esta última tendencia , algo infantil y superficial, ha existido desde siempre, y ha continuado hasta 1900.)
Frente a este tipo de música, de inspiración extramusical, apareció en el barroco una escuela de autores de música instrumental “pura”, sin referencia a nada externo, ni siquiera a la danza. Estos autores se dedicaron a perfeccionar el lenguaje de sus respectivos instrumentos, alcanzando una gran profundidad expresiva y contemplativa; es el caso de la familia Hotteterre (flautistas), de Marin Marais (1656-1728) y del Chevalier de Sainte- Colombe (viola da gamba) en Francia, Domenico Scarlatti (clavecín) en Italia, Silvius Leopold Weiss (1686-1750) (laúd) en Alemania, etc.
Las tres grandes escuelas.
El predominio musical de Italia venía del Renacimiento, época en que la península le arrebató el cetro a Flandes; pero se afianzó durante el Barroco. La ópera ---y con ella el “stile rappresentativo”, es decir, el carácter dramático de la música--- se originó en Italia y desde allí se extendió por Europa, junto a sus géneros derivados, la cantata y el oratorio. En la música instrumental, el impulso también provino de Italia, con autores como Girolamo Frescobaldi, gran organista y clavecinista.
Los músicos de allende los Alpes comenzaron a peregrinar a Italia para aprender el nuevo estilo. De entre ellos destaca Heinrich Schütz, quien en Venecia estudió con Giovanni Gabrieli y con Monteverdi. Schütz llevó a Alemania el estilo vocal del Barroco italiano naciente, adaptándolo a las necesidades del culto luterano . Toda su producción es vocal y, en su mayor parte, religiosa; él fue pionero del oratorio alemán, especialmente en su forma de Pasión .
Se llama a Schütz el “padre de la música alemana” ; con él comienza la escuela alemana de música, que después, en el Norte, alcanzará personalidad propia. Durante todo el Barroco irá desarrollándose esta escuela, afirmando su identidad frente a las escuelas italiana y francesa, aunque muy influida por ellas.
La escuela francesa nace con Marc-Antoine Charpentier (1645 ó 1650-1704) , quien viajó a Roma para estudiar con Giacomo Carissimi (1605-74), y llevó de vuelta a Francia el arte de componer oratorios latinos. Gianbattista Lulli---convertido en Lully--- (1632-87) fundó la ópera francesa, adaptando la melodía a las cadencias de este idioma. El estilo francés, muy diferente al italiano, se desarrolló en forma casi insular, con armonías propias --- que a oídos italianos parecían disonantes--- y con un modo muy propio de conducir el canto --- que a oídos italianos parecía poco “cantabile”---, sin arias, pero insinuando solamente las melodías. (Hasta el día de hoy, el Barroco francés constituye un gusto adquirido, más satisfactorio en la corriente instrumental que en la vocal.)
Estas son las tres grandes escuelas del Barroco, y de toda la música moderna: la italiana o
“iniciadora”, la francesa o “disidente”, y la alemana o “sintetizadora”. Todas las demás escuelas girarán en torno a éstas: la española en torno a Italia, y la inglesa en torno a Francia.
Fuente: APUNTES DE HISTORIA DE LA MUSICA MODERNA (1500-1900).

Raúl A. Simón Eléxpuru - 2006.

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